Sábado, 29 de agosto. 7:30 p.m.
Julia se preguntó porqué el bar se llamaba “Tras la puerta”, pero rápidamente lo descubrió: era necesario para cada invitado tragar un pez dorado tan pronto entraban. Cuando la puerta se cerró tras ella, Julia fue confrontada con una sonriente anfitriona, quien sostenía un pequeño pez retorciéndose. No queriendo problemas, Julia titubeó y abrió su boca. El pez se retorcía con fuerza cuando la mujer lo dejó caer. Julia sintió esa cosa viva retorciéndose en su lengua y, de mala gana, se lo